· El mapa
· La brújula
· Técnica de
carrera
La orientación
deportiva en Educación Física
Introducción:
Durante
siglos la orientación ha sido una técnica indispensable para viajantes y aventureros.
Hoy en día ha adquirido campo de actuación propio a través de las carreras de
orientación.
Desde
los países nórdicos, donde orientarse en una naturaleza virgen y dura, ha sido
una necesidad, hemos importado una modalidad deportiva francamente atrayente
para los amantes de los deportes al aire libre y profesionales de EF., con
grandes posibilidades educativas:
-
Deporte completo: Es una actividad física sumamente completa al
poner en marcha el cuerpo en una acción global, como es la carrera monte a través,
a la vez que la inteligencia, intuición y decisión necesaria para seleccionar
y encontrar el mejor camino posible hasta los controles y la meta.
-
Herramienta: necesaria para cualquier actividad en contacto con la naturaleza y
como base de otros deportes como el senderismo, el montañismo o la espeleología.
-
Respeto a la naturaleza: permite un contacto directo con la naturaleza al
desarrollarse los recorridos en áreas naturales.
-
Aventura: es parte esencial en las carreras de orientación, lo que atrae a jóvenes
y no tan jóvenes, deseosos de retarse a sí mismos en un recorrido desconocido.
El miedo infantil a perderse persiste, de alguna forma, toda la vida, por eso el
aprendizaje de la orientación proporciona seguridad y autoconfianza.
-
Convivencia: cualquier persona, al margen de su condición física y su edad, puede
practicarlo.
Este
conjunto de aspectos señalados ha hecho que algunos entusiastas consideren a
las carreras de orientación como "el deporte del siglo XXI". Un
deporte que requiere esfuerzo físico,
control mental y un conocimiento preciso del terreno de juego: la naturaleza.
Pero
¿en qué consisten las carreras de orientación? Se trata de
"elegir el itinerario ideal" para desplazarnos por un terreno natural
variado en el que los orientadores, con la ayuda de un mapa del lugar y una brújula,
pasan por unos controles señalados con exactitud en el mapa, y materializados
en el terreno con las balizas.
Sus
posibilidades de adaptación a las escuelas e institutos son realmente ricas e
irán desde los recorridos sin brújula en el patio de la escuela o el parque más
cercano a las carreras de orientación con brújula y pruebas combinadas que
deben realizarse al llegar a cada control.
Técnica
Los mapas son representaciones gráficas, planas, convencionales y a
escala de la superficie terrestre, o parte de ella. Cuando la superficie
mostrada es pequeña, entonces hablamos de planos.
Son
múltiples los tipos de planos que se pueden encontrar (de carreteras, físicos,
históricos, estadísticos, etc.) Para nuestras necesidades de orientación en
el medio natural, vamos a utilizar principalmente el topográfico (mediante
curvas de nivel y una escala ofrecen una representación fiel del relieve y los
distintos accidentes geográficos; facilitando información sobre la toponimia,
las alturas y las pendientes del terreno)
a)
Curvas de nivel: hay que suponer que cortamos el terreno por una serie de planos
paralelos entre sí, a la misma distancia o altura unos de otros. Estos planos
imaginarios, al cortar la superficie del terreno, determinan unas líneas, que
trasladadas al plano de proyección se denominan "curvas de nivel" y
que nos representan la altimetría de la superficie ya que siempre unen los
puntos de igual altura con respecto al nivel del mar. Las curvas de nivel son
siempre cerradas y nunca se cruzan entre ellas. Como cada curva tiene una altura
diferente y las curvas de nivel son equidistantes, es decir, la diferencia de
altura entre una y otra es siempre la misma, podemos deducir que si las curvas
están muy separadas, la pendiente será muy suave, mientras que si están muy
juntas, la pendiente será fuerte. Existen
unas curvas denominadas curvas de nivel maestras que aparecen en el mapa con un
trazo más grueso y oscuro que las demás, y a en algún momento de su trazado
aparece una cifra, que representa la cota o altura de todos los puntos de esa
curva. Por deducción, y conociendo la equidistancia entre curvas, se puede
establecer la altitud de cada curva, tomando como referencia a la curva maestra
más próxima.
b)
La escala: es la relación existente entre las distancias que aparecen en el mapa
y las distancias reales sobre el terreno. Existen dos tipos de escala: la escala
gráfica (muestra sobre una regleta horizontal y de manera muy clara, esa relación)
y la escala numérica (viene representada en planos en forma de fracción. El
numerador corresponde a la medida del plano y el denominador, a las medidas
reales)
c)
Formas y accidentes del terreno: los mapas de orientación poseen una leyenda
con simbología propia. Y sus líneas meridianas nos marcan el norte magnético,
por lo que podemos medir rumbos directamente. Por lo tanto necesitamos conocer
algunos de esos símbolos:
-
Monte: elevación del terreno. En el plano, las curvas de nivel concéntricas
van de menor a mayor altura, contando siempre desde fuera hacia dentro. Se puede
confundir un monte con una hoya, ya que la
configuración de las curvas es análoga,
la diferencia estriba en que en este último caso la curva exterior tendrá una
altitud o cota superior a la inmediata o interior.
-
Cima o cumbre: punto culminante de un monte. En el plano se identifica
como la última curva concéntrica interior.
-
Divisoria: suponiendo una caída de agua sobre un monte, parte del agua
iría hacia una ladera, y parte hacia la otra. Esta línea imaginaria en la que
el agua tomaría distintos caminos es la divisoria. En el plano es la línea,
también imaginaria, que uniría los vértices que forman las curvas de nivel de
esas dos laderas.
-
Collado: es la zona donde acaba la divisoria de un monte y comienza la
del siguiente. Se deseamos atravesar la línea formada por esos montes, el
collado supone el punto de franqueo más asequible, al estar situado a menor
altura. En el plano identificamos el collado como el lugar donde comienzan a
ascender, por separado, las curvas que envuelven a los dos montes entre los que
se ubica. Los e fácil acceso se denominan puertos, y los más escarpados
y de difícil acceso, brechas o portillas.
2-
La brújula:
Existen
muchas clases de brújulas. Las más empleadas en este deporte son las de tipo
"SILVA" ("planas") Este modelo dispone de una plataforma
transparente que la hace idónea para su utilización sobre planos. En la brújula
Silva podemos identificar las siguientes partes:
-
La base: presenta en sus bordes reglas o escalas, y a veces incorporan
una pequeña lupa.
-
El limbo: es una caja circular colocada sobre la base y en cuyo interior
se encuentra la aguja imantada. Es giratorio y está dotado de una
circunferencia graduada en el sistema sexagesimal de 0 º a 360º.
-
Flecha de dirección: esta dibujada sobre el eje longitudinal de la base,
y se emplea como referencia de dirección en la toma de rumbos de un punto a
otro.
-
Flecha norte. Está dibujada en el limbo, y tiene paralelas a ella varias
líneas auxiliares, que al igual que la flecha norte tiene como utilidad servir
como referencia para las cuadrículas del plano, o la aguja imantada, en la toma
y definición de rumbos.
-
Aguja magnética: es el imán de la brújula propiamente dicho. Está
coloreada en sus dos mitades, siendo una de ellas siempre roja. Es la mitad roja
la que siempre nos indicará el norte magnético de la Tierra, a no ser que esta
próxima a la influencia de otros imanes o campos magnéticos.
a) ¿Cómo orientar un mapa con la brújula?
Sólo
tenemos que hacer coincidir el norte del mapa, con el Norte que señala la brújula.
Cuando los meridianos estén paralelos a la aguja magnética, el mapa estará
correctamente orientado. Otra forma de hacerlo consiste en colocar la brújula
sobre el mapa de manera que las líneas norte-sur se hallen paralelas a los
meridianos; hecho esto, giramos el mapa con la brújula encima hasta que la
punta roja de la aguja imantada se superponga a la punta de la flecha norte, que
aparece dibujada en el limbo. En ese momento los dos nortes coincidirán y lo
que tengamos enfrente de nuestra vista será lo que viene reflejado en el mapa.
Mantener el mapa constantemente orientado nos ayudará a saber en dónde estamos
en cada momento.
b) ¿Cómo determinar el rumbo desde donde estamos a otro punto del
mapa?
1º-
Uniremos ambos puntos con el borde de la plataforma de la brújula, indicando
con la flecha de dirección hacia el punto al que nos dirigimos.
2º-
Con la brújula en esta posición lo que tenemos que hacer es orientar el mapa,
para ello, sin que la base ni el mapa se muevan, giraremos el limbo hasta que
las líneas norte-sur queden paralelas a los meridianos (la flecha norte debe
girarse hacia el norte el mapa ya que sino, nos daría el rumbo inverso)
3º-
Ahora tenemos que hacer coincidir el norte de la aguja con la flecha norte del
limbo, bien girando solidariamente mapa y brújula, o mejor, tomando esta última
sobre la palma de la mano, y girando sobre nosotros mismos hasta que ambas
flechas se superpongan. En el momento en que eso ocurra, la flecha de dirección
marcará el rumbo a seguir. El valor numérico del rumbo vendrá dado por el nº
que aparezca ante la señal de referencia (o en la línea de la fecha de dirección)
c) ¿Cómo determinar el rumbo de algún punto que tengamos frente
a nosotros?
Sosteniendo
la brújula sobre la palma de la mano, apuntamos con la flecha de dirección
hacia el lugar o punto cuyo rumbo deseamos conocer. Sin cambiar de posición,
giramos el limbo hasta que la flecha norte coincida con el norte de la aguja
magnética. El rumbo en grados, será el que marque la señal de referencia.
Si
queremos trasladar ese rumbo sobre el mapa para identificar sobre él el punto
elegido, tenemos que colocar la brújula sobre éste haciendo coincidir el
centro de giro de la aguja con nuestra posición sobre el mapa. A continuación,
orientamos el mapa girándolo hasta que sus meridianos y las flechas norte-sur
queden paralelas. El punto que buscamos estará a lo largo de la línea que
traza la flecha de dirección.
d) ¿Cómo averiguar la ruta a seguir cuando nos dan el valor del
rumbo en grados?
En
muchos juegos de orientación se pide a los alumnos que busquen un control o
mensaje que encontrarán a unos 100 m rumbo 75 grados NE, por ej. para averiguar
la dirección a seguir es suficiente con colocar el valor numérico del rumbo
(75º en este caso) en la señal de referencia, y a continuación, con la brújula
sobre la palma de la mano, iremos girando hasta que, como siempre, la flecha
norte coincida con el norte de la aguja.
e) Orientación por indicios y por los astros
·
Al mediodía el sol está al Sur y su sombra nos marca entonces el Norte.
·
El sol sale por el Este y se esconde por el Oeste, por lo que su sombra se mueve
de Oeste a Este.
·
El musgo es más abundante en la cara Norte de piedras y árboles.
·
En el hemisferio norte, la estrella Polar señala siempre al Norte
·
El reloj. Debe ser analógico y estar ajustado a la hora solar. Si orientamos la
aguja de las horas hacia el sol, la bisectriz del ángulo formado por esta y las
12 nos marcará la línea norte-sur.
·
Si encontramos un árbol cortado, sus anillos nos pueden servir para
orientarnos. Estos suelen estar más separados en dirección al norte.
3-
Técnica de carrera:
Una
vez que sabemos en que rumbo se encuentra el control a donde queremos llegar,
debemos seguirlo sin desviarnos y sin tener que estar constantemente mirando la
aguja. Para ello, trazamos una visual que prolongue la flecha de dirección
hasta dar con alguna referencia (árbol, detalle del camino, elevación...) lo más
lejana posible. Ahora ya podemos correr hacia ella procurando no perderla de
vista y manteniendo el mapa orientado. Si repetimos este proceso cuantas veces
haga falta llegaremos al punto deseado.
Los
rumbos tal y como los hallamos nos indican hacia donde avanzar siguiendo una línea
recta. En la naturaleza no siempre será posible progresar en línea recta, por
lo que es muy importante correr siempre con el mapa orientado. Es decir, si
cambiamos de dirección, el mapa debe permanecer orientado girándolo en
nuestras manos, para que vuelva a coincidir con el terreno. Si además, el dedo
pulgar va avanzando sobre el papel como nosotros lo hacemos sobre el recorrido
(técnica del pulgar) ganaremos tiempo y eliminaremos posibles errores de ruta.
La
aproximación a los controles debe hacerse fijándonos en las referencias y
detalles más evidentes, ya que serán los pequeños detalles los que nos ayudarán
a localizar el punto exacto.
El cálculo de distancias se realiza de forma global al empezar la carrera, observando la escala y midiendo los centímetros del mapa para convertirlos en metros. Para saber que distancia hemos recorrido, además de la comprobación de nuestra posición en el mapa, podemos recurrir a los ejercicios de talonamiento previos a la carrera. En ellos se recorre un tramo de 100 m varias veces a paso normal, contando el número de dobles pasos en cada prueba y sacamos la media. También se pueden hacer corriendo.
El
material que vamos a utilizar en las carreras de orientación:
-
Brújula plana: tipo silva
-
Tarjetas de control: se entregan a los participantes junto con el mapa al principio de la
prueba. En ella tendrán que ir anotando la clave que encontrarán en cada
baliza para demostrar que los han localizado. La clave puede ser una letra o un
número, aunque en este caso puede llevar a error al confundirse con el número
de control. Esta tarjeta suele acompañarse de una hoja de descripción de los
controles en al que mediante una serie de símbolos se proporciona información
adicional sobre la situación del control y de la baliza dentro de éste.
Nosotros lo deberemos adaptar a nuestros alumnos.
-
Puesto de control: tiene por objetivo testimoniar el paso del participante por un punto
determinado del recorrido. El puesto de control se materializa con una baliza,
un número de código y una o varias pinzas o marcas de control.
-
Balizas: sirven para señalizar el control. Deben colocarse en el terreno,
justo en el centro del círculo dibujado en el mapa y ser visibles una vez que
el corredor se ha acercado, de forma razonable, al control. Las balizas
reglamentarias consisten en un prisma triangular de tela, formado por tres
cuadrados de 30 cm de lado, divididos cada uno diagonalmente en dos partes, una
de color naranja y la otra blanca. En una viene el número del control y en la
otra la letra clave. Las balizas se sujetan con una estaca o bien se cuelgan de
algún sitio.
-
Pinzas:
sirven para marcar la tarjeta de control como justificante de paso. Se suelen
sujetar a las balizas.
La
Orientación deportiva en Educación Física
La
iniciación a los contenidos de orientación puede llevarse a cabo desde los
primeros niveles escolares, sentando una base que permita progresar de una forma
fluida y natural hasta las carreras de orientación tal cual.
Podemos empezar con actividades lúdicas en el primer ciclo de Primaria
basadas en las direcciones, recorridos y croquis; a finales del segundo ciclo
trabajamos ya con las nociones de plano, itinerario y coordenadas; para pasar a
partir del tercer ciclo a las actividades y juegos por equipos con mapa y brújula;
determinación y seguimiento de rumbos, carreras de orientación adaptadas, etc.
En
Secundaria van a ser capaces de interpretar un mapa topográfico y asimilar la
simbología de los mapas de orientación, del trabajo en grupos podrá pasarse a
la carrera de orientación por parejas e individual.
La
carrera de orientación es una actividad deportiva sumamente completa, en al que
la toma de decisiones es continua, los factores perceptivos se emplean al máximo
y la ejecución ha de ser precisa para localizar las balizas. Las balizas de señalización
reglamentarias pueden sustituirse para nuestros propósitos por diversos
dispositivos que van desde tiras de tela de colores vivos a tablillas, papeles
adhesivos o cualquier otra señal fácil de instalar y quitar, que sea visible y
que incluya un código de letra, número, palabra, dibujo o color, que el
corredor deberá anotar en su ficha de control.
Los primeros contactos con este tema pueden realizarse en el aula (el plano de la clase), el gimnasio o el patio del colegio que serán los escenarios de los primeros juegos de orientación en busca de controles o mensajes escondidos; aquí aprenderán a orientar el plano, a identificar los símbolos y a manejar la brújula, familiarizándose con las tarjetas de control. De este entorno tan bien conocido por ellos y ellas, pasaremos al parque de la zona y luego a la naturaleza, como estadio propio de estas carreras y juegos. Pero habrá que tener en cuenta que el lugar idóneo para las carreras de orientación será abrupto pero sin peligro, variado pero no tanto como para provocar pérdidas fáciles, no muy llano, pues no podremos camuflar las balizas lo suficiente, y con arbolado.